jueves, 15 de agosto de 2013

Hoy

Hoy no sé muy bien por qué dejamos de vernos. Recuerdo que algo dolió, no sé bien qué.
Hoy descubro que tenés más recuerdos de nosotros que yo pero que estuviste en todos mis pensamientos.
Hoy allano el dos mil nueve, vos te acordás las fechas -nunca serví de agenda-, y desentierro los encuentros.
Hoy me sorprendo de que los hubo.
Hoy te cuento que una vez te soñé y te hablé dormida.
Hoy te digo sin reparos que de vez en cuando busqué tus labios en un mar de bocas.
Hoy te devuelvo una respuesta y vos me contás tus viajes.
Hoy te dejo amanecer conmigo y, aunque somos desconocidos por erosión del tiempo, no freno tu embestida de besos mientras me encondo en tu cuello.
Hoy quiero que juegues con mi pelo y que tu piel sea la víctima de mis yemas.
Hoy te encontré y decidí volver a encontrarte todos los días.

viernes, 9 de agosto de 2013

La verdad en las pestañas

De golpe desmayó su mentón en mi pecho. Como cuando quiere frenar el tiempo y que, al menos por un minuto, no exista más que sus pestañas desatando huracanes sobre mi nariz. Lo miré sabiendo, esperando esa mirada. Él suspiró. Raro. En milésimas de segundos pensé, raro. Y entonces me encontré de frente con una verdad. Me regaló su verdad, que es mi verdad, y es una verdad de los dos. Me rebalsó el cuerpo de electricidad (no sé a él, después se quedó quieto apretándome contra su pecho), que de tanto dar descargas me quedé dormida y él también.