jueves, 29 de noviembre de 2012

La casa

En esa casa, donde los pisos crujen, las paredes son discos y los instrumentos cuelgan del techo. Ahí, donde los cuadros son las ventanas, hacia el pasado o hacia otro mundo. En ese orden al extremo del detalle, sumergiste tu cabeza entre tus manos y ahora pasás los días escuchando a la madera. Te dice hola, te dice miedo.
En un tiempo hubo un gato. En un tiempo por una hendija se coló un poco de luz y polvo. En un día de esos te aburriste y dejaste de reír entre las sábanas. La convertiste en pizza, la volviste piedra. Ella no se negó. Descubrió tu miedo, arponero, y no pudo ser más tu aliada. La ahogó tu ego. Escuchó a la madera, que le dijo hola, que le dijo tonta.


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