viernes, 21 de diciembre de 2012

Ya pasó

En estos días quiero
estar al pie del sol
y que tu sombra me abrace.
Han pasado muchas horas y
en mi pecho de fuego yace
una cicatriz que
antes no estaba.
Espero que venga de lejos
la frescura de
tu beso a sellarla.
Siento el ardor, lo huelo.
Y a escondidas
me trago las lágrimas.
No tiene sentido
deprimirse a destiempo,
es casi ridículo.
Pero así son mis tiempos,
torpes, incoherentes.
Ciclotímicos, adolescentes.
Y acá estás,
con tu reloj de arena,
enseñándome a
sorber los minutos.
A medir el tiempo por latidos,
a contar el pestañeo.
Y al final del día,
el tiempo no existió.
Con un beso fresco,
tu luz me floreció.



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