martes, 4 de junio de 2013

El encuentro I

El encuentro entre dos personas es un principio y, a veces, un fin. O un fin de un principio para que así arranque otro principio que no tendrá fin. O muchos principios y muchos finales, pero son encuentros en el sentido más concreto de la palabra. Premeditados, organizados. Pueden ser muchos o pocos. Pero lo son y lo serán.
Se preguntarán como comienza una secuencia de encuentros. Pues bien, en primer lugar, con dos personas que se atraen. Dos fulanos que de tanto andar las calles y los mundos están agotados de absorber rostros. Pero puede pasar que un día, de toda esa nube homogénea de rostros, aparezca un contraste, un rostro nuevo. Se mira, se observa y, si se quiere, se analiza. Se espera quieto, se lo rodea. Y si un pedazo de noche pide a gritos contemplar ese rostro, comienza el juego. El avanzar.

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