Nos va a explotar el cuerpo de tanto encontrarnos en las palabras. Decime que mis palabras te custodian en tus momentos de poner un freno y dejarte iluminar el perfil por un velador. Y decime que a medida que pasan los versos te vas inmiscuyendo entre las sábanas hasta taparte la boca con sus bordes y mirás el techo y volvés a leer. Decime que te mordés los labios y te tapás la cara, que querés gritar, que querés gritarme. Decime que mis palabras llegan a algún lugar y no pierden peso en el viaje erosionadas por el aire, sino que llegan y revientan contra tu frente y te dicen 'acá estamos' y te obligan a leerlas.
Decime que en el borde de una cama te acompañan mis palabras.
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