martes, 10 de diciembre de 2013

La muerte es blanca

En el fondo, una cabeza
se enciende como un fósforo,
incendia la jaula.

En el hueco del vientre,
una alondra desespera
y desgarra las heridas.

En los pies, los dedos
son brazas ardientes.
En los tobillos, el viento
se hace carne, se humedece.

En las rodillas, los huesos
piden permiso al suelo.
En la garganta, el grito
se hace cielos negros.

Se hacen negros los ojos.
Se hace agua
el hielo de los miedos.

Se hacen fuego las yemas,
se hace llamas el pelo.
Se derrite la jaula.
Se hace blanca la muerte.

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