Me encuentro impaciente, el tiempo
se detuvo en la humedad y yo
que no paro de apretar los dientes,
siento que ebulle cada gota de mi sangre.
Es tanto el amor que se confunde
con la nostalgia y los remolinos
que no cesan de aislarnos.
Vos en tu lago y yo en el mío.
Y todos en sus mares y cada
cual cuenta sus gotas.
Nos administramos la muerte
o el desvarío.
Se queda quieto el rocío
que sacrifica la noche y la vuelve
hoguera y la vuelve silencio.
Y un tic tac que se ahoga,
que se lanza.
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