La ceniza cayó ahogada
en el sosiego de su yerro.
Y al chocar contra el suelo,
explotó en mil pedazos de
ausencia, de adioses.
Los oídos rotos no pudieron
escucharla, se hundieron.
El agua vino a su rescate
y barrió con todos los
lados del recuerdo.
La ceniza vacila,ahora,
que todo es eterno.
Y se resuelve a irse,
a morirse todos los días.
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