martes, 19 de agosto de 2014

Brea

No soy preciosa.
No estoy (¿estoy?) en este mundo para serlo.
No sé para qué estoy.
Las respuestas aparecen de vez en cuando.
Me las imagino. Me sonrío.
Me explico lo indecible.
No existo (soberbia). Sólo soy un ebullir
constante de preguntas secuestradas.

Un florecer oscuro y espeso de brea caliente.
Me puedo sentir derretirme por dentro.
Y después no hay luz, no hay sol, no hay rayo.
Sólo mi interior corroído.
Un hueco en la pared que luego taparé
con un cuadro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario