cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo
lunes, 13 de agosto de 2012
No quiero más las gotas de tu fiebre. Ni escucharte en el silencio más perturbador, no decir más que la nada frívola. No quiero llevar en mi hombro la marca de tu yerro. De ausencias ya tengo la noche, y en mi puño esta sonrisa de juguete.
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