Así estás perfecto,
desplomado en mi cama,
luchando contra la luz.
Así estás perfecto,
con las pecas de tus hombros
saliendo de las sábanas.
Y yo que quiero abrirte
quizá, el pecho,
al menos para tocarte
y besar tu carne.
Pero así estás perfecto,
cuando te muerdo
la eterna sonrisa.
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