Despiértame cuando en las manos de los hombres reine el altruismo. Cuando en la simplicidad de un poema se encuentre el beso de amor más bello. Cuando quieras sentarte a desvelar los grillos. Cuando en la frente llevemos el símbolo del alma y en los ojos, un abrazo. Despiértame para amar la lluvia y mojarnos los labios de ganas. Despiértame a la tres de la mañana. Ni un minuto más, ni un minuto menos.
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