entre la noche y tus placeres.
Poder redondearte el viernes para
que llegues alegre a dormir en mi costilla.
Qué más quisiera que no tener que mentirte
y no esconder que necesito amarte.
Pero al frenar mi tiempo, imagino el tuyo,
y nos conozco a destiempo.
Mi amor, este no es nuestro momento
ni lugar.
Hay un bosque al final del mundo
que nos quiere ancianos, ricos de antojos,
que nos quiere juntos y relajados.
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