Necesito contar un cuento, uno de epopeyas. Necesito tocarme el corazón con tus ganas. Necesito una lluvia de verano que desparrame los aromas de la arboleda y las hojas de jacarandá violetas. Necesito que el viento me bese la nariz, que el rocío de una mañana me moje los pies, que la vida sea siempre vida; llena de preguntas, llena de respuestas. Necesito encontrarte al final del camino.
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